El día de ayer escuchaba algunas personas hablando
sobre Dios y trataban el tema de como este se manifiesta a las personas.
Entre
y una y otras cosas comentaban de que este no le habla ni se le manifiesta a
todo el mundo de forma gloriosa, de que solo lo hace a aquellos cuya virtud sea
digna de tal y le habla a aquellos cuyo potencial espiritual sea como para que
se le hable.
Decían, que Dios conversaba a todo codo con gente santa y/o devota (Jesús, Buda, Moisés, Isaías, etc.)
y de que daba mensajes espirituales y para la humanidad a gente como esa. A
gente que inducen a lo “bueno”, a
gente que en verdad le hace un “bien” a
otro sin esperar nada a cambio. A gente que rara vez (por no decir siempre)
dicen la verdad.
La verdad es que esa energía (que llaman Dios) habla a todo el mundo sin distinción, a todos los lugares, en todas ocasiones y a todos los rincones, incluso cuando creemos que no es la forma más gloriosa.
Dios
no mira que seamos líderes, seguidores, presidentes o subalternos.
Dios no mira que seamos religiosos o ateos, creyentes o escépticos, exegetas o analfabetas.
Dios no mira que seamos religiosos o ateos, creyentes o escépticos, exegetas o analfabetas.
Dios no mira NADA DE ESO.
Dios
le habla a todos al mismo tiempo, se dirige a todos a la vez, se expresa y se
hace ver a todos en el mismo instante.
Incluso
cuando oras para ti, Dios responde a todos a la vez, cuando pides que se
aparezca, Dios lo hace a todos a la vez. Cuando le hacemos un bien a alguien en
su nombre lo hacemos para todos a la vez y por tal EL congratula a todos en
todo el universo.
Dios se presenta de forma TAN SENCILLA que ni nos damos cuenta del momento.
Si
no lo creen, Solo MIREN
LA NATURALEZA, vean a un niño llorar,
ayuden a un anciano o ciego a cruzar la avenida, den un beso a su madre y/o
padre, báñense desnudos en un río, palpen las gotas de agua al caer la lluvia,
siéntense una noche a contemplar las estrellas, incluso, incluso, incluso vean
las cosas que para uno son MALAS y
se darán cuenta de que eso también forma parte de Dios, porque de Él
todas las cosas y todas las cosas de Él.
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