Toda
experiencia espiritual es causa y efecto a la vez. El hombre sagaz puede
observar en cada momento que la experiencia espiritual ha sido precedida un
acontecimiento que orientó sus pensamientos hacia las alturas.
Estos
pensamientos hicieron surgir preguntas sobre las que tuvo que meditar.
Las
preguntas le obligaron a creer en una Fuerza que se manifiesta en cada hombre.
Y esta fuerza encendió en su corazón la chispa del amor que, por su parte,
reanimó su espíritu.
Pocos pueden
imaginarse lo beneficioso que resulta para la criatura andar por este camino,
empezar a aceptar… El día que lleguen al Más Allá los que han dado el primer
paso en el puente que lleva al Reino eterno, podrán pasar en seguida a las
regiones luminosas y olvidar todas las aflicciones de la vida terrenal.
Todavía se
plantea la cuestión de qué suerte les cabrá a quienes siempre se apartan
voluntariamente de la materia y nunca tienen en cuenta los placeres mundanos
pero que, al mismo tiempo, muestran la misma indiferencia ante el mundo
espiritual. Pues ellos se complacen, tanto espiritual como físicamente, en su
estado de letargo, conformándose con vivir una vida estrecha.
Para que
esta clase de hombres empiecen a desarrollar una gran actividad y comiencen a
dedicarse a su verdadera tarea, tienen que pasar por experiencias interiores
extraordinarias que los despierten de su indiferencia psíquica y física. Cuando
el espíritu se manifiesta al hombre, en adelante lo tendrá en cuenta
todo.
Observará
con atención todo lo que sucede a su alrededor, empezará a pensar más
profundamente, y sacará provecho para su alma de cada experiencia. Entrará así
en un estado en el que la experiencia espiritual producirá en él una gran
actividad: la de vivificarse a sí mismo, es decir, a su alma. Ya no juzgará
unilateralmente cualquier situación que se le presente, sino que siempre será
consciente de que todos los hilos tienen su origen en Dios, y que Él no manda o
consiente nada que no sea para la maduración espiritual de la criatura.
Cada
acontecimiento de la Tierra le sirve para que su espíritu actúe, y para poder ser
iniciado por él en la sabiduría. Para poder cumplir enteramente su tarea
estando todavía en la Tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario