Tanto el tiempo como la eternidad se encuentran en tu mente, y estarán en conflicto
hasta que percibas el tiempo exclusivamente como un medio para recuperar la eternidad.
No
podrás hacer esto mientras sigas creyendo que la causa de todo lo que te ocurre
se encuentra en factores externos a ti. Tienes que aprender que el tiempo sólo existe
para que hagas uso de él, y que nada en el mundo puede eximirte de esa responsabilidad.
Puedes violar las leyes de Dios en tu imaginación, pero no puedes escaparte de
ellas. Fueron promulgadas para tu protección y son tan inviolables como tu
seguridad.
Dios
no creó nada a excepción de ti, y nada a excepción de ti existe, pues tú formas
parte de Él. ¿Qué puede existir excepto Él? Nada puede tener lugar aparte de Él
porque nada excepto Él es real. Tus creaciones, al igual que tú, representan
una aportación para Él, pero ni tú ni ellas le aportan nada que sea diferente
porque todo ha existido siempre.
Dios
no cambia de parecer con respecto a ti, pues Él no duda de Sí Mismo. Y lo que
Él conoce se puede conocer porque no se lo reserva sólo para Sí Mismo. Te creó para
Sí Mismo, pero te dio el poder de crear para ti mismo a fin de que fueses como Él.
Curso de Milagros
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