Casi todas las religiones creen en un Creador separado de su creación y afirman –para colmo- que El hace todas las cosas.
Entiendo que este tipo de pensamiento se da en muchas religiones en Oriente y Occidente (Hinduismo, Cristianismo, islamismo, judaísmo, entre otras). Sin embargo, otras como el budismo y el Taoísmo, enseñan que todos los fenómenos son el resultado de la ley de la Causalidad. O sea, si la causa cambia también ocurre un cambio correspondiente en el efecto; si la causa desaparece por completo, el efecto naturalmente se esfuma. Por lo tanto, ningún fenómeno cuenta con una entidad fija propia; sino que todo es el resultado de una causa anterior. Además, de que la causa y el efecto no son divisibles.
Si yo explicara esta enseñanza mediante ejemplos mas concretos, podría decir que un hombre bueno no tiene la entidad específica de eso que llaman “lo bueno”, pues tal vez, por determinadas circunstancias se vuelva un hombre malo; asimismo un hombre malo tampoco tiene una entidad específica de “lo malo”, porque en ciertas situaciones y si la causa cambia, posiblemente se convierta en un hombre bueno. Lo mismo puede decirse de la gente pobre y la gente rica, de la gente sana y enferma, burda y civilizada. También puede decirse de la felicidad y la infelicidad, de la paz y la guerra, incluso de eso que llaman el cielo y el infierno.
El punto principal de esto es que nada tiene una entidad fija propia. Cada cosa se encuentra en su estado inmediato en virtud de causas determinadas, en un estado temporal de no especificidad que las filosofias orientales llaman ¨Ku¨ (vacío).
Esta es la condición de no-entidad-fija y a pesar de cualquier ilusión egoísta contraria que la gente sin conocimiento tenga, es la condición esencial de todo el universo. De hecho, se puede ver en la misma naturaleza.
Esta es la condición de no-entidad-fija y a pesar de cualquier ilusión egoísta contraria que la gente sin conocimiento tenga, es la condición esencial de todo el universo. De hecho, se puede ver en la misma naturaleza.
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