La gente
tiene sus propias peleas personales.
Muchos se
mantienen en constante lucha contra la pobreza, los vicios, las adicciones,
etc., mientras que otras tienen que librar batallas con problemas de salud o
relaciones tediosas (de pareja, familia, empleo).
El asunto es
que a veces llegamos a acostumbrarnos a estar en medio de estas luchas, que
simplemente pasamos de vivir a sobrevivir, y olvidamos que la vida está
destinada a ser mucho más que sólo continuar con nuestra cabeza fuera del agua.
Muchas almas consideran como lo mas importante para adquirir la perfección
y la santidad, el dedicarse solo a obras exteriores.
Las obras buenas son el fruto y no la fuente de la vida.
Las obras buenas son el fruto y no la fuente de la vida.
Sería dañino
dedicarse solamente a las obras si nuestra alma no se alimenta de la fuente.
Para dar
buenos frutos hay que reformar
tambien nuestros pensamientos, sentimientos y actitudes. Hay que dominar las malas inclinaciones.
Mientras que
nuestro objetivo en la vida sea simplemente sobrevivir, nunca llegaremos a
estar en un lugar en el que seamos verdaderamente vencedores.
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