Si
la observación puede considerarse un cálculo cuántico, ese cálculo produce
memoria; siempre percibimos las cosas tras verlas reflejadas en el espejo de la
memoria. Es ese reflejo en el espejo de
la memoria lo que nos da la sensación de “YO”, o sea, de “quien soy”.
El
cerebro no conoce la diferencia entre lo que ve en su entorno y lo que recuerda
porque se adhieren las mismas redes neuronales.
La fisiología nos dice que las células nerviosas que se activan
simultáneamente están conectadas; por eso si haces algo una y otra vez esas células
tienen una acción prolongada.
Todo lo anterior nos deja dicho que si
todos los días te enfadas, te frustras, sufres, si todos los días das motivos
para ser una víctima, pues eso hace que todos los días se esté reconectando y reintegrando la
red neuronal, y esa red tiene ya una reacción duradera con esas otras células
nerviosas llamadas “identidad”.
De ahí que siempre despertamos a emprender el día a hacer los mismo, a ver lo mismo, a enfrentar lo mismo, las mismas personas con sus mismos problemas, las mismas avenidas, a ejercer el mismo trabajo y por ello pensamos en lo mismo (problemas, preocupaciones, negativismo, carencia, etc, etc).
Entonces ¿Cómo podemos decir que hemos vivido plenamente todos los días si solo
experimentamos las mismas emociones a las que tenemos adicción diaria?.
Piénsalo...
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